Manolo Carregal y Alberto Monteagudo del Grupo de Anelamento Píllara (que a su vez forma parte del Grupo Naturalista Hábitat) me invitaron a participar de una jornada de anillamiento en el embalse de Cecebre; lo primero a recalcar es que ha sido un enorme placer el conocerles personalmente, además como sólo éramos 5 o 6 personas en el observatorio les pude plantear varias preguntas y, tras esta jornada, puedo afirmar que con ellos no hay forma de dejar de aprender, así que "no me quedó más alternativa" que repetir unos días más tarde...
El año pasado y más concretamente el día 6 de octubre de 2013 organizaron una Jornada de Anillamiento abierta a todo público (también en el embalse de Cecebre), que fue un éxito con gente de todas las edades -especialmente de niños-, pero sobre todo hay que destacar su labor metódica (científica), semana tras semana tanto anillando a nuevos ejemplares como a los recapturados (los que ya cuentan con anillas) tomando medidas y peso a todas las aves atrapadas en las distintas redes para posteriormente volcar dichos parámetros en una base de datos.
Apus apus (vencejo común, cirrio común en gallego), primer plano:
Las fotos de esta entrada y las sucesivas obtenidas en Cecebre el día 8-6-2014 fueron realizadas con el macro Tamron 2.8, un objetivo que me fascina por la nitidez y el detalle que brinda, pero también por su bokeh.
El día estaba nublado e incluso cada cierto tiempo "caían cuatro gotas", debido a ello -la falta de luz- para estas fotos he optado por usar la máxima apertura (f/ 2.8) a pesar de que las leyes básicas de la óptica geométrica jugarían en mi contra: la mínima profundidad de campo cuando aúnas a la máxima apertura una distancia focal escasa, y más cuando no he usado el trípode, son fotos "a pelo" intentando retrasar el vuelo del ave ya anillada unos pocos segundos, el resultado suele ser el de decenas de tomas fuera de foco ya que unos escasos milímetros pueden marcar la diferencia entre una foto aprovechable o una que va directamente a la papelera, en este caso se puede apreciar que el foco no está en el ojo sino en la base del pico a unos poquitos milímetros:
El día estaba nublado e incluso cada cierto tiempo "caían cuatro gotas", debido a ello -la falta de luz- para estas fotos he optado por usar la máxima apertura (f/ 2.8) a pesar de que las leyes básicas de la óptica geométrica jugarían en mi contra: la mínima profundidad de campo cuando aúnas a la máxima apertura una distancia focal escasa, y más cuando no he usado el trípode, son fotos "a pelo" intentando retrasar el vuelo del ave ya anillada unos pocos segundos, el resultado suele ser el de decenas de tomas fuera de foco ya que unos escasos milímetros pueden marcar la diferencia entre una foto aprovechable o una que va directamente a la papelera, en este caso se puede apreciar que el foco no está en el ojo sino en la base del pico a unos poquitos milímetros:
Un par de párrafos acerca del vencejo común que cito de la web www.pajaricos.es "No hay aves de costumbres más
aéreas que los vencejos. Sus patas se han hecho tan débiles por el poco
uso que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo; pero
los vencejos nunca se posan en el suelo, a no ser por accidente. Se
alimentan en el aire, se aparean algunas veces en el aire e incluso
duermen en el aire.
Al atardecer, los vencejos suben cada vez a mayor
altura hasta perderse de vista; se creía que volvían después de
anochecer para dormir en sus nidos, pero ahora se sabe que los que no
tienen que incubar o cebar pollos permanecen en el aire hasta la salida
del sol."
Hasta la próxima entrada.
Qué bien, Rafa! Tantas horas al pie del cañón, estos anilladores tienen que ser una fuente de sabiduría ornitológica inagotable! Saludos.
ResponderEliminarHola Juanda. ¿Qué es de tu vida?
ResponderEliminarLa verdad es que es de admirar la labor tanto de Manolo como de Alberto: sábados o domingos semana tras semana, mes tras mes, con frío, calor o lluvia poniendo las redes, recogiendo a las aves, pesarlas, tomas medidas, liberarlas, recoger las redes... ¡Me pongo de pie ante ellos!
Evidentemente saben "quilos" y lo mejor son la forma de explicarse y su talante.
Un abrazo.